martes, 30 de junio de 2015

Los padres que tuvieron que dejar de ser padres


Tal vez sea un poco tarde para hablar de los padres porque el día del padre ya pasó, pero justamente desde el pasado día del padre, tengo un pensamiento que no para de darme vueltas en la cabeza, porque no deja de generarme asombro, tristeza, rabia e impotencia.  La verdad es que tengo estas reflexiones atoradas desde hace dos semanas y para mi tranquilidad y sintiendo que es mi responsabilidad compartir lo que pienso, finalmente decidí escribirlo.

Como mi padre murió desde que yo era un niño, hace ya muchísimos años que no celebro ese día y la mayoría de veces, tal vez como mecanismo de defensa para no sentirme triste y nostálgico, casi que a propósito, ignoro esa fecha.

El pasado 14 de junio tenía cara de no ser la excepción, pero luego de dejarme contagiar por el espíritu del día del padre en Facebook, donde montones de amigos y conocidos habían puesto fotos con sus padres como foto de perfil, yo hice lo propio y subí una de las fotos más bonitas que tengo con mi padre, seguramente con el ánimo de hacerle un pequeño homenaje y en el fondo reconocer que 36 años después de su muerte aún no paro de extrañarlo. Estaba en eso, entre nostálgico y pensativo, cuando mi amigo Alfredo, gay de 54 años, divorciado hace muchos años y padre de dos adultos, me mostró un emotivo vídeo viral que le habían enviado por Whatsapp homenajeando a los padres, y con lagrimas en los ojos me dijo "no se te olvide que yo también soy un padre".

Alfredo es el quinto hombre que conozco divorciado de una relación heterosexual y padre de varios hijos.  Al igual que Alfredo, 4 de los 5 tienen una pésima relación con sus ex esposas y no tienen ningún de tipo de contacto con sus hijos. Llevan años sin saber de ellos y en uno de los casos además de juicios y demandas recurrentes por parte de su ex esposa, su hijo de 23 años le tiene demandado el salario en un porcentaje importante.

No digo que pasar por éste tipo de situaciones debe ser fácil y que no debe generar muchos sentimientos, dolores y angustias. De hecho he hablado en varias ocasiones del tema y su proceso personal con Andrés, gran amigo, mío quien desde hace varios años ya afrontó su salida del clóset con su ex esposa, padres, hermanos, cuñados y por su puesto con sus hijos. Sin embargo, no me cabe en la cabeza y no logro entender varias cosas como por ejemplo ¿cuántas mujeres no perdonan a sus ex parejas por haber tenido los huevos de afrontar la verdad? ¿Cuántas de ellas los descalifican como padres, seres humanos y familia por ser homosexuales? ¿Cuántas ponen por encima su orgullo y su rabia antes de darle la posibilidad a sus hijos de tener un padre? ¿Cuántas ponen en contra a los hijos y deciden arbitrariamente romper la relación de sus hijos con sus padres? ¿Cuántos de esos hijos genuinamente no quieren volver a saber nada de sus padres?

Se que es un tema bastante delicado y espinoso y muy seguramente el dolor de todas esas mujeres debió ser muy grande, pero tal vez porque yo no tuve la posibilidad de tener padre desde que era niño, y desde entonces no hay día de mi vida que no lo extrañe, no puedo cerrar esta nota sin preguntarme si es tan importante el ego y la rabia como para castrarle a un padre la posibilidad de ser padre.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No debería ser así mi Willie, Lo positivo del asunto Will es que la sociedad está poco a poco cambiando y la diversidad de genero es un derecho fundamental. Cuando el ego y los tabúes caigan, estaremos viviendo en una mejor sociedad. Te quiero!

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Excelente reflexión mi Willy. Nadie tiene derecho sobre los derechos de nadie (ni de generar dolor a causa de su propio dolor). El amor de madre debe ser un amor inteligente aunque duela. Yo prefiero para mi hija un padre libre y feliz desde donde quiera vivir su vida y su sexualidad.